Los abusos de la National Security Agency tienen una larguísima cola jurídica y judicial en Estados Unidos. Ha habido múltiples cuestionamientos del programa de espionaje doméstico, porque a los americanos no les acomoda que les hagan lo que ellos toleran que hagan en su nombre a otros hijos de vecino. Entonces, han gritado foul, al verse asediados y vigilados por doquier con la tecnología más invasiva de su intimidad jamás disponible.
Los tribunales federales se debaten entre defender los derechos civiles de la gente y los reclamos de «seguridad nacional» que como un mantra invoca un Estado que cada vez más recuerda el de la novela 1984. Lamentablemente, el pizarrón no es muy favorable a los ciudadanos. Ahora el Tribunal de Apelaciones para el Segundo Circuito en Nueva York se apresta a decidir un pleito incoado por la American Civil Liberties Union que impugna la práctica de la NSA de recoger información de llamadas teléfonicas de millones de personas en Estados Unidos, que obviamente no pueden tener nada que ver con el terrorismo. El tribunal colegiado parece inclinado a fallarle en contra a la parte demandada.
Habrá que ver si tienen la firmeza de hacerlo, o sucumben al mantra...
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