Si alguna palabra resulta emblemática de la situación actual del país es
escándalo, en varias de sus acepciones. Véase, en primer lugar, «desenfreno, desvergüenza y mal ejemplo». Luego «asombro, pasmo, admiración». En cuanto al activo, «dicho o hecho reprensible que es ocasión de daño o ruina espiritual del prójimo». Del farisaico, «el que se recibe o se aparenta recibir sin causa, mirando como reprensible lo que no lo es». En todo lo anterior queda encapsulada gran parte de la vida pública puertorriqueña de los últimos tiempos.
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