No puedo dejar pasar el comentario que, se dice, hizo hace unos días una contadora pública autorizada y abogada en el contexto del pleito del banco Doral contra el Departamento de Hacienda. La mujer, en su afán de defender la legitimidad del acuerdo en cuestión, parece haber afirmado que la discreción del Secretario de Hacienda para negociar acuerdos contributivos es tan amplia que puede llegar a aprobar algo que sea «ilegal».
¡Anda pal carajo!
¿Dónde fue que esta abogada aprendió eso? Porque a mí me enseñaron que, lógicamente, la libertad de contratación no incluye cláusulas y condiciones que sean «ilegales, inmorales, contrarias al orden público y a las buenas costumbres».
¿Y esta mujer cobra por asesorar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario