martes, 30 de septiembre de 2014
Sueldos de hambre
En estos días en que en el país, al igual que en muchas otras partes del mundo, se discute la penosa situación económica de los jóvenes, sobre todo, por el desempleo y el subempleo sin beneficios, viene a cuento el término hambrear, quizá desconocido y, por supuesto, desusado por esa misma generación. Porque eso es lo que hacen los empresarios de todo el planeta: explotar a los jóvenes necesitados de trabajo, ofreciéndoles unos salarios miserables que no les alcanzan para llevar una vida decorosa. Todo con la excusa de una «crisis» que solo la padecen los hijos ajenos, nunca los propios. Para esos continúan los privilegios de una vida regalada, mientras los del prójimo tienen que tener más de un trabajo, siguen viviendo en casa de sus padres y están condenados a una mísera existencia, víctimas de la conspiración del capital.
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