miércoles, 13 de noviembre de 2013

El diablo del abogado

Vuelvo a mi recorrido por el Diccionario de la RAE, y como no tengo favoritismo por mi profesión, le presto atención a unas palabras que se refieren de manera despectiva o negativa a mis colegas. Abogaderas son «argumentos capciosos». Abogadesco se usa mayormente para referirse despectivamente a las cosas de abogados. Abogadil es «adjetivo despectivo». Abogadismo es, por un lado, «intervención excesiva de los abogados en los negocios públicos» y por otra parte, « aplicación inadecuada de sus métodos a cuestiones extrañas a la abogacía».

Así que ahí tienen un buen repertorio para esa vieja costumbre de hablar mal de los abogados...con razón o sin ella.

2 comentarios:

Alex dijo...

Interesante y útil la palabra abogadismo. Yo utilizaba el verbo abogadizar (que no existe, por supuesto) para referirme a la intervención excesiva de los abogados en todo. Por ejemplo: El debate de asuntos públicos en Puerto Rico está abogadizado. Ya veo que existe una palabra precisa para describir esa situación. Todos los días se aprende algo nuevo.

El otro día me encontré estos informes de una comisión española para mejorar el lenguaje jurídico. Échele un vistazo: http://lenguajeadministrativo.com/sobre-la-modernizacion-del-lenguaje-juridico/

Alberto Medina Carrero dijo...

Gracias, Alex. Lo voy a ver.