jueves, 16 de mayo de 2013

¡Nada de encubrimientos!

Me parece censurable que la Secretaria de Hacienda le anuncie al país que ha referido al Departamento de Justicia una empresa que ha dejado de pagar $10 millones por concepto del impuesto sobre ventas y uso, y no revele su nombre. ¿Por qué? A los evasores contributivos individuales se les identifica; baste mencionar a Eddie Miró y a Luis Raúl, figuras muy conocidas. Se puede entender que no se revele el nombre de una persona natural o jurídica mientras se le investiga. Pero, una vez hay una determinación formal de encausar o referir para que se proceda en su contra, bien sea en el ámbito administrativo o el penal, el asunto se torna en algo oficial y de interés público, que no puede ser objeto de secretividad alguna.

Esta práctica, repudiable por demás, continúa la iniciada por el anterior Contralor, quien solía señalar a los funcionarios corruptos, pero se reservaba el nombre de sus coautores o cómplices del sector privado. En fin, el nuevo gobierno sigue con las malas mañas del anterior.

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