Me parece censurable que la Secretaria de Hacienda le anuncie al país que ha referido al Departamento de Justicia una empresa que ha dejado de pagar $10 millones por concepto del impuesto sobre ventas y uso, y no revele su nombre. ¿Por qué? A los evasores contributivos individuales se les identifica; baste mencionar a Eddie Miró y a Luis Raúl, figuras muy conocidas. Se puede entender que no se revele el nombre de una persona natural o jurídica mientras se le investiga. Pero, una vez hay una determinación formal de encausar o referir para que se proceda en su contra, bien sea en el ámbito administrativo o el penal, el asunto se torna en algo oficial y de interés público, que no puede ser objeto de secretividad alguna.
Esta práctica, repudiable por demás, continúa la iniciada por el anterior Contralor, quien solía señalar a los funcionarios corruptos, pero se reservaba el nombre de sus coautores o cómplices del sector privado. En fin, el nuevo gobierno sigue con las malas mañas del anterior.
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