La sentencia al exsenador Jorge de Castro Font sirve para ilustrar en más de un sentido. Dejo para otro día el aspecto jurídico. El titular de primera plana «Sentencia benévola» amerita una aclaración. Tratándose de un dictamen judicial de reclusión penitenciaria, no cabe catalogarlo de «benévolo», pues esto significa que tiene afecto, buena voluntad o simpatía. Meter preso a alguien, aunque sea por un periodo que muchos consideramos insuficiente, no es un gesto cariñoso.
El concepto apropiado es el de lenidad, es decir, «blandura en castigar las faltas». En este caso, el adjetivo debió ser lenitiva, y no «leniente», traducción incorrecta de lenient o tomada del portugués, idioma en el que sí es correcto.
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