Quienes tienen ese afán de dar cuenta de su vida a cada momento en Facebook u otras redes sociales deben mirarse en el espejo de la mujer que acusó a un alto oficial policiaco por malos tratos, pero terminó trasquilada por unos comentarios propios puestos en la aludida red, que contradecían su versión de los hechos. Aplicada la sabia norma jurídica que otorga gran peso a las admisiones contra el interés propio, además de la que le reconoce garantías circunstanciales de confiabilidad a expresiones contemporáneas a los hechos, el tribunal no halló causa probable, habida cuenta del debilitamiento de la credibilidad de la denunciante por sus propias palabras.
Moraleja: tenga cuidado con lo que escribe en Facebook, et al, pues podrá usarse en su contra.
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