miércoles, 21 de abril de 2010

La inutilidad de las leyes

La inoperancia de la ley de la receta electrónica pone de manifiesto, entre otras cosas, el error de disponer términos demasiado breves para que las leyes entren en vigor, en general, y sobre todo, cuando es necesario aprobar reglamentos para su plena eficacia.  Con demasiada frecuencia, las leyes tienen vigencia inmediata o en plazos de 30 o 60 días.  Pretender que se preparen y se aprueben reglamentos - a veces sobre cuestiones de cierta complejidad - en periodos tan cortos es legislar de espaldas a la realidad.

El resultado es previsible: las leyes no se cumplen o sólo a medias, pues no hay los mecanismos adecuados para ello.  De esta manera, el ciudadano le sigue perdiendo el respeto a la ley, pues la encuentra inútil o superflua, y el estado de derecho se queda en el papel.

2 comentarios:

Jaime Riera Seivane dijo...

yo recomendaría que compraran un libro, muy bueno, sobre leyes que se aprueban y que no tienen sentido o necesidad de aprobarse.

Alberto Medina Carrero dijo...

Jaime:

Gracias por el «anuncio»...