No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza. En un «juicio» militar celebrado en Irak, ya van por dos las absoluciones de los cuatro Navy SEALS que participaron activa o pasivamente en la paliza a un detenido por la sospecha de que había organizado la muerte de unos contratistas americanos que trabajaban allá. El motivo de la exoneración es "insufficient evidence", es decir, que no le creyeron a la víctima, y sí a sus victimarios, miembros del cuerpo castrense que los juzga.
Y es que, excepto en casos extremos, no le van a creer a los iraquíes o a los afganos, cuando denuncien un atropello o, peor aun, un crimen contra ellos por parte de la soldadesca americana borracha de prepotencia y ciega de odio. Los tribunales militares existen para proteger a las tropas, mientras se cubren las apariencias de un estado de derecho inexistente.
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