domingo, 18 de abril de 2010

El primer pecado es la soberbia.

Puede ser un error de imprenta o un gazapo, pero así reza un titular periodístico: «Acto de contricción del Papa en Malta».  El pobre hombre, que no pega una desde que se sentó en el trono de San Pedro, ahora parece que se le ha olvidado hasta el catecismo, pues todo el mundo sabe que al «dolor de corazón» y el arrepentimiento por los pecados se le llama contrición.  


Así que Ratzinger - que no ha demostrado estar muy contrito por lo que ha hecho con el asunto de los curas pederastas -  estará haciendo alguna otra cosa, menos sentirse mal por haber amapuchado todos esos casos.

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