Haciendo la salvedad de que la prensa pueda no haber apreciado bien lo que se ha querido decir, resulta un tanto extraña la aparente actitud de la Directora del Instituto de Ciencias Forenses ante el cuestionameiento de cuán completas pueden ser la pericias efectuadas en la escena del crimen del niño Lorenzo, concretamente, en lo que respecta al colchón, como si se tratara de una pieza de poca importancia. Sus respuestas dan la impresión de que hay suficiente prueba para llegar a una conclusión certera. Ojalá sea así.
De todas maneras, si es cierto que hubo arreglos y limpieza en esa casa, antes de que llegaran la policía, los técnicos forenses y la fiscalía, alguien tendrá que responder por ello, pues alterar una escena es ilegal y aconsejarlo o permitirlo también.
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