La presidencia del ex Juez Presidente del Tribunal Supremo en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico ha estado signada por la discordia y el fracaso. Por primera vez en 70 años, hubo que suspender el torneo anual, y ahora, los alcaldes y el Secretario de Recreación y Deportes no le creen ni el "Ave María", y quieren garantías por escrito de que no habrá otra cancelación. Evidentemente, Andreu García no inspira confianza, y su trayectoria de abogado litigante - acostumbrado a lo contencioso y lo litigioso - ha podido más que la supuesta serenidad de sus años en nuestro más alto foro.
En nuestro país hay una larga tradición de nombrar abogados para dirigir organizaciones de todas clases, incluidas las deportivas. Hay ejemplos de buen desempeño. Este no es uno de ellos. Haber presidido nuestro más alto tribunal no significa que se tenga temperamento judicial o, simplemente, la ecuanimidad para armonizar criterios. Fuera del foro, no hay poder de imponer sanciones por desacato o de tronar con el "¡Aténgase al mandato!" Acá hay que saber ser abogado y "amigable componedor." Si no, se está "fuera de liga."
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