viernes, 31 de agosto de 2007

Inteligentemente

El periódico de hoy trae dos ejemplos de un error muy frecuente entre nosotros. A pagar el agua más rápido y automático y La universidad actuó muy lento luego del primer tiroteo... El lector que prestó atención en la escuela primaria sabe que la forma adverbial es rápidamente, automáticamente y lentamente. Por supuesto, se puede decir de forma más rápida y automática y de manera muy lenta, pues entonces "rápida", "automática" y "lenta" son adjetivos que describen los sustantivos "forma" y "manera."

Como puede verse, lo señalado es algo sencillo, que aprendimos en la escuela elemental, y que debe ser parte del conocimiento básico de nuestra lengua. La tragedia cultural de nuestro país es que ni siquiera dominamos aspectos tan fáciles de la expresión escrita u oral en español. Por eso, no es posible afirmar, como lo han hecho algunos visitantes ilustres, que aquí se habla bien nuestro idioma.

jueves, 30 de agosto de 2007

Sumariados

El caso de la empleada del Departamento de la Familia suspendida sumariamente ante una denuncia de soborno que ha resultado ser infundada pone de manifiesto el peligro inherente de ese tipo de medida. Los procedimientos sumarios, por definición, no toman en cuenta los méritos de una cuestión; por ello, el Derecho no los favorece. El debido procedimiento de ley exige la notificación oportuna y suficiente de los cargos, así como la ocasión de ser oído para refutarlos. Sólo en circunstancias muy singulares, de un probable daño inminente e irreparable, se deben obviar esas salvaguardas.

Lamentablemente, en muchas ocasiones, la gerencia privada y la pública recurren a los mecanismos sumarios, creyendo que con ello demuestran decisión y firmeza contra lo que perciben como irregular o malo. El apremio de la prensa también contribuye a la toma de medidas festinadamente. Cuando "se juega para las gradas," aumenta la probabilidad de cometer errores. Vale más ir al fondo de las cosas - diligentemente, por supuesto - que tener que lamentar equivocaciones hijas de la prisa.

miércoles, 29 de agosto de 2007

El orden de las palabras

Nuestra prensa suele colocar, en sus titulares, el verbo primero y luego el resto de la frase o la oración, lo cual da lugar a un estilo algo enrevesado de decir las cosas. Descarta Prats malos manejos y Defiende Torricelli donativos a Fortuño son dos de muchos ejemplos de lo dicho. En muchos otros países, los titulares siguen el orden más común y natural, es decir, sujeto, verbo y objeto directo. El problema de alterar la sintaxis periodística es que contagia a los demás, que, tomándola como modelo, con demasiada frecuencia, empiezan sus oraciones con el verbo.

En el mundo jurídico ocurre otro tanto, por lo que es frecuentísimo leer Resuelve nuestro Tribunal Supremo... o Alegó el demandante que... Si bien la sintaxis admite variaciones, sobre todo para evitar la monotonía, la mejor práctica sigue siendo la que nos enseñaron en la escuela elemental. Con ella, las oraciones suelen ser más cortas y más claras. Véase, por ejemplo, la oración anterior de esta manera: Suelen ser más cortas y más claras las oraciones con ella, y se comprenderá mejor lo que planteo.

martes, 28 de agosto de 2007

El Secretario de la Injusticia

Mucho se ha dicho del desempeño nefasto de Alberto Gonzales como Attorney General de Estados Unidos. Me parece, sin embargo, que algo que debe destacarse como factor propiciatorio de toda su maldad es lo que podría llamarse "el síndrome del inmigrante agradecido." Se trata de una condición en la que el sujeto siente que tiene que probar su lealtad absoluta a la nación que lo ha acogido y servirle incondicionalmente, por una gratitud que no tiene límites. Esos individuos, cuyas facciones y nombres delatan su extranjería, terminan siendo más americanos que los americanos, en el peor de los sentidos.

Hay un patrón en el gobierno norteamericano de nombrarlos a puestos de gran responsabilidad. Baste con recordar a Kissinger, alemán; Albright, checa; Brezinski, polaco. Todos de la ultraderecha, para evitar sospechas de alguna simpatía o vínculo nazi o comunista. Así que Gonzales se instala, por derecho propio, en esa galería de la infamia. Con sus actos, demostró que, pese a su nombre y su aspecto, es el Clarence Thomas de los hispanos. Al igual que los mencionados y muchos otros en circunstancias similares, Gonzales está dispuesto a cualquier bajeza, con tal de que el gobierno permanente de los WASP le dé carta de ciudadanía.

lunes, 27 de agosto de 2007

Nos nombran el mundo

Los puertorriqueños y el resto de los latinos en general hemos permitido que los americanos, con su arrolladora maquinaria publicitaria, nos cambien hasta el nombre, sobre todo en el mundo del deporte y del espectáculo. Así, Iván Rodríguez se convierte en Pudge, Santitos Alomar en Sandy y Jennifer López es JLo. Tiempo atrás, un conocido comentarista deportivo insistía en decirle Tony a Tany Pérez, y cuando alguien se lo cuestionó, lo justificó, diciendo que así era que le llamaban al pelotero en Estados Unidos. De manera que él, que como latino sabía que lo de Tany es porque el hombre se llama Atanasio, subordinaba su conocimiento al desconocimiento del americano.

Esa subordinación es parte de una mentalidad - colonial, en nuestro caso y neocolonial en otros - que busca acomodar las cosas al entendimiento y el gusto del americano, para congraciarse con éste, aunque ello suponga anglicar o deformar el nombre con el que se nos bautizó. Es la misma mentalidad que lleva a muchos a colocar un guión entre sus dos apellidos, nuevamente, para que el americano entienda. Lo peor de todo es que la práctica ha llegado al punto en que se hace, aun en contextos puramente hispanos o latinos, en los que no hace falta esa pleitesía con los norteños. ¡Afirmemos nuestra hispanidad, lengua y nacionalidad, respetando el nombre con el que hemos sido bautizados o inscritos!

domingo, 26 de agosto de 2007

El reino animal

Pongo por delante que no soy amante de los animales; por lo menos, no como para tenerlos en mi casa ni muy cerca. Pero, a la vez, no les hago daño ni les deseo mal, y reconozco, por supuesto, el derecho de tenerlos y la necesidad de atender los que no tienen dueño. El problema es que hay demasiados gatos y perros realengos, y atenderlos adecuadamente consume recursos valiosos que podrían destinarse a otros miembros del reino animal...como los deambulantes y los niños abandonados y maltratados.

El caso de Guayama que reseña la prensa plantea también un inconveniente de consideración: la ubicación de estos albergues. En una isla pequeñísima como la nuestra, ubicar albergues para, por ejemplo, 400 perros supone unas dificultades para la población circundante, en términos de malos olores y ruidos. Por otro lado, gastar $200,000 en este cuido de animales, llora ante los ojos de Dios, cuando hay tantas otras necesidades. Los amantes de los animales, frecuentemente, se preocupan más por el bienestar de esas criaturas que por el de los seres humanos que los rodean. Y eso está mal. En la escala de valores humanos, un animal no puede estar por encima de un ser humano. Si la solución es sacrificar unos animales, que así sea.

jueves, 23 de agosto de 2007

La tensión, ayer y hoy

La tensión emocional no es un fenómeno nuevo ni puede serlo, pues se trata de algo consustancial al ser humano. Uno puede estar menos o más tenso, y eso le puede causar múltiples trastornos mentales o físicos. Antes se hablaba de colapsos nerviosos y cosas así. Lo que no entiendo es la necesidad de tomar del inglés el vocablo stress y españolizarlo como estrés y su feísima parentela de estresado, estresante, etc, como si se nombrara una realidad nueva para la cual no existiera un término adecuado en nuestra lengua.

Me parece que la Academia, en éste y algunos otros casos, ha sido demasiado condescendiente, al aceptar un vocablo bastardo, en vez de insistir en lo que ya existe y ha servido bien durante siglos. No se le hace bien al español admitiendo cuanta palabreja se le ocurre a la gente que, por ignorancia y changuería de una supuesta modernidad, les encanta andar hablando el español como si fuera inglés.

miércoles, 22 de agosto de 2007

La ley del embudo...farmacéutico

A primera vista, sorprende la decisión del Panel del FEI que no encuentra fundamentos en ley para llevar un caso penal contra el alcalde de Cataño por haber aceptado medicinas gratuitas del dispensario municipal para su consumo. A base del criterio de dos de sus integrantes, eso no es aprovechamiento ilícito de bienes o servicios públicos. Como el hecho escueto fue aceptado por el alcalde - es decir, no hay controversia sobre su autoría - ha de suponerse que hay aquí una o más defensas acerca de su culpabilidad.

Rebusco en mi mente lo que aprendí de derecho penal, y no encuentro una causa posible de exclusión de responsabilidad penal. Las de inimputabilidad - minoridad, incapacidad o trastornos mentales - no parecen estar presentes. Tampoco puede alegarse estado de necesidad, pues el alcalde pagó cerca de $800, cuando lo cogieron con las manos en el recetario. Esta suma también apunta a que la nueva defensa de conducta insignificante no procedería. En fin, deberé invocar los espíritus de Helen Silving y José Miró Cardona para que me iluminen ante este acertijo del derecho penal.

martes, 21 de agosto de 2007

Peso más. peso menos

Los calcos lingüísticos del inglés nos llevan a decir y escribir de forma rara, contraria a la sencillez del español. Cuando yo era niño, la gente engordaba y rebajaba. Pero, poco a poco, esa misma gente empezó a "ganar peso" y a "perder peso." Evidentemente, se trata de la versión española de gain weight y lose weight. Ocurre que, distinto del español, en inglés no hay un verbo que pueda trasmitir esos conceptos, por lo cual se hace necesario emplear la frase.

Tengo la impresión de que muchos creen que las frases "ganar peso" y "perder peso" se oyen mejor o son más finas, y que engordar y rebajar son algo pedestre, para gente sin alcurnia. Algo hay también de afán por el lenguaje eufemístico, que busca encubrir realidades desagradables o que se tienen por tales. Supongo, además, que la gente que se dedica a los tratamientos para adelgazar - otra forma legítima de decirlo en español - cobra más pesos, si logran que uno "pierda peso".

lunes, 20 de agosto de 2007

Un signo de los tiempos

La prensa da cuenta de que, casi un año después de haberse iniciado el proceso, está por verse el caso que lleva ARPE contra el representante Jiménez, por tener un rótulo gigante de su campaña, en violación de las normas aplicables. El tiempo transcurrido es, de suyo, insólito, y demuestra la crisis de un sistema de administrar justicia que no puede adjudicar una controversia como ésta en un plazo breve. No hay forma de justificar una tardanza así.

Cualquiera que sea el resultado de la contienda judicial, ya el representante Jiménez triunfó. La lentitud de los tribunales le ha permitido tener el letrero todo este tiempo. Un dictamen judicial tardío, aunque le sea adverso, es prácticamente fútil. Los tribunales no deben dar la impresión de que arrastran los pies en ciertos casos para evitar afectar los intereses de una parte poderosa o prominente.

domingo, 19 de agosto de 2007

De contadores y listas

Hay errores léxicos que se niegan a morir, no importa los intentos de corregirlos. Pero, por eso mismo, hay que seguir insistiendo, a ver si ocurre el milagro.

Desde niño, leo y oigo que Fulano es el "contable" de Sutano. Por supuesto, cuando uno visita la oficina de Fulano, en el letrero se lee Contador Público Autorizado , y sabemos que pertenece al Colegio de Contadores Públicos Autorizados. Mas, de poco vale: seguimos llamándolo contable. Lo que sucede es que contable es todo lo que está sujeto a ser contado, y el contador es el que cuenta; en este caso, sujeto a las normas de la contabilidad.

El comienzo de la era de las computadoras trajo consigo "listado." Quizá se pensó que una lista producida por estos sistemas mecanizados merecía un nombre más sonoro. Alguna vez escuché que el error se debía a que esas listas se imprimían en papel rayado o con listas, es decir, papel listado. Sea como fuere, lo correcto es que se trata de listas, independientemente del papel en el que se impriman. Listado es lo que se incluye en una lista o, como ha quedado dicho, lo que tiene listas o rayas.

sábado, 18 de agosto de 2007

La eterna tutela

El gobierno de Puerto Rico maneja desastrosamente el Fortín San Jerónimo y sus inmediaciones. La reválida de medicina y el proceso de licenciamiento son víctimas del pillaje. La Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico batea un largo foul, suspendiendo el torneo por primera vez después de 69 años. Y, como si se hubieran puesto de acuerdo, surgen voces que inmediatamente reclaman la intervención, más o menos directa, del gobierno o entidades privadas de Estados Unidos. A la bancarrota moral se le suma la bancarrota de espíritu e ideas.

Se sigue pensando que la solución a todas nuestras dificultades radica en entregarlas al americano, pues éste siempre sabe más y es más honrado y recto que nosotros. Francamente, no entiendo cómo alguien que esté al tanto del acontecer en ese país pueda pensar algo así. Aquí hay suficiente capacidad y talento, jurídico y de otras clases, para resolver nuestros problemas. La solución no puede ser dejar en manos del gobierno federal la protección de nuestro patrimonio edificado, entregar la acreditación de todas las profesiones en Puerto Rico a entidades norteamericanas, y permitir que Major League Baseball se haga cargo de nuestro torneo. ¡Qué pobreza de espíritu, la que lleva a propuestas de esta clase!

Busquemos en el país la gente y los recursos que hacen falta para atender nuestras necesidades. Dejemos de idealizar todo lo que se hace en Estados Unidos. Allá se le caen puentes, se le derrumban minas y se le inunda el tren subterráneo, como a cualquier hijo de vecino.

viernes, 17 de agosto de 2007

Se cuela

La prensa y los espacios informativos dedicados al entretenimiento usan, frecuentemente, el vocablo "secuela" para referirse a una segunda parte o continuación de la trama de una película en otra producción cinematográfica. La equivocación estriba en que la voz secuela no tiene el mismo significado que sequel, término que se hispaniza incorrectamente. Secuela es, principalmente, el cuadro de síntomas que deja una enfermedad o condición de salud.

Los puertorriqueños, que conocemos muy mal el español, somos muy dados a caer en esta clase de error, asignándole el significado en inglés a un término muy parecido en español. La pereza intelectual nos impide consultar el diccionario, por lo que preferimos repetir cualquier disparate que oímos por ahí. Pronto, su uso se extiende, hasta hacerse omnipresente. Así se va imponiendo la ignorancia.

jueves, 16 de agosto de 2007

AmaPucho

Cuando se escriba la historia de estos primeros años del siglo XXI, el caso de "Pucho" Padilla será uno de los grandes baldones de la administración de la justicia penal en Estados Unidos, erróneamente tenida como un modelo de perfección digno de imitar. Ni Kafka, en El proceso, pudo imaginar una manipulación más perversa de la legalidad, que la llevada a cabo durante estos últimos cinco años por las Ramas Ejecutiva y Judicial de ese país que siempre ha pretendido dar cátedra de buen gobierno al resto del planeta.

Las autoridades de Estados Unidos violaron todas las normas constitucionales y estatutarias para mantener preso a Padilla mientras hacían lo indecible para fabricarle un caso penal. Lo mantuvieron detenido sin formularle cargos durante tres años y medio, aplicándole un estado de derecho inventado especialmente para ese propósito, y cuando no pudieron más, le presentaron acusaciones que luego no fue posible sostener. Finalmente, recurrieron al viejo truco de acusarlo de conspiración, ese comodín procesal que siempre sirve bien a los intereses torvos del Estado.

Su condena estaba escrita. Nada ni nadie lo salvaría de los designios fascistoides de Bush, Cheney y Rove.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Un error de lógica

En el anuncio de la penosa desaparición de un paciente de Alzheimer, se lee que el hombre es "padre y hermano" de una conocida figura puertorriqueña. El error es evidente, sobre todo cuando quien pone el aviso es el hijo del señor y hermano de dicha figura. El disparate, sin embargo, sirve para puntualizar un error frecuente, hijo del afán de abreviar la expresión.

Es común escuchar o leer "mi esposa e hija", algo que, tomado literalmente, sería ilegal, inmoral y contrario al orden público y a las buenas costumbres. Lo correcto, por supuesto es "mi esposa y mi hija", para referirnos a dos personas. La expresión breve es deseable, por muchas razones, pero su consecución no debe llevarnos a disparates o a equívocos. Véase que, a veces, no es posible saber si se trata de una o dos personas, como sería el caso de "mi cuñado y socio", pues podría ser el mismo individuo.

El lenguaje tiene una lógica interna que es necesario respetar, independientemente de que, con frecuencia, sepamos a qué nos referimos o tengamos una buena idea de ello.

martes, 14 de agosto de 2007

Policías bandidos

La delincuencia policiaca acapara los titulares de la actualidad puertorriqueña. Por supuesto que no se trata de una situación general, pero hay suficientes excepciones graves como para que nos preocupemos como sociedad. Me parece que el mal radica, parcialmente, en el afán de reclutar un gran número de agentes, como muestra de que se dedican recursos a combatir el crimen. Con ese propósito en mente, no se es prudentemente selectivo en la admisión al cuerpo policiaco.

Lo cierto es que un número de los reclutas procede de los mismos ambientes que los delincuentes que han de perseguir. Se trata de amigos, condiscípulos, familiares o vecinos, con lazos y vínculos con elementos indeseables y viejas costumbres. Moro viejo, mal cristiano.

Hay también individuos naturalmente violentos, que buscan en el uniforme, la placa y el arma el respaldo institucional para descargar la furia de sus inclinaciones autoritarias. A la menor provocación - o lo que ellos perciben como tal - no vacilan en usar la fuerza bruta para imponer su autoridad.

Es importante reconsiderar la política de aumentar los efectivos policiacos, de manera continua y desmedida. En este caso, no se cumple aquello de there's safety in numbers.

lunes, 13 de agosto de 2007

Estar, hacer y tener

La crónica deportiva nos informa, a cada rato, que algún jugador "ha hecho" el equipo en tal o cual disciplina. Cualquier párvulo en un país donde se hable verdadero español se daría cuenta del disparate, producto del calco de make the team. Las formas correctas son múltiples: lograr integrar el equipo, ser seleccionado, ser escogido, ser miembro de la plantilla, ser fichado, etc.

Claro que, hace mucho tiempo, se dice continuamente que tal cosa "hace" o "no hace sentido", un calco evidente de make sense. Hubo una vez, cuando hablábamos español, que las cosas tenían o no tenían sentido. Pero, ahora, la gente "está tarde" todo el tiempo, en vez de andar retrasada o llegando tarde.

Es penoso ver que, cada día, los puertorriqueños se expresan peor, aun en contextos tan sencillos como los citados. Hablamos una especie de patois, formado por "traducciones" de conceptos, frases y giros del inglés, olvidando las formas del español de toda la vida.

domingo, 12 de agosto de 2007

¡Cámara, por favor!

En época reciente se informa con frecuencia acerca del uso de cámaras de vigilancia en la lucha contra el crimen. El asunto no es enteramente nuevo, pero el énfasis sí lo es. Puerto Rico llega un poco tarde al uso intenso de la vigilancia electrónica, aunque más vale tarde que nunca.

No debió ser así. Los reparos de índole constitucional han sido infundados. Siempre ha estado claro que no hay "expectativa de intimidad" en los espacios públicos. Lo que está a la vista de todos da igual que lo vean los ojos naturales o los electrónicos.

Las ventajas de las cámaras son manifiestas. Al efecto disuasivo general hay que añadir el de identificar al perpetrador del acto delictivo, mostrando además la forma en que se cometió. Son, pues, testigos inexpugnables, que conducen al esclarecimiento de delitos y la consiguiente condena de los culpables. Su proliferación es una buena inversión y un paso en la dirección correcta hacia un control más racional de la criminalidad en el país.

sábado, 11 de agosto de 2007

De "corredores" y "constituyentes"

A medida que se acerca la temporada oficial electoral - siempre es tiempo de política electoral en Puerto Rico - aumenta el uso incorrecto de ciertos términos.

Como buenos sobrinitos del Tío Sam, hacemos nuestros, sin sonrojarnos, los giros de la política de allá. Así, todo el mundo "corre" para tal o cual "posición", tomado de run y position, aunque en español debe decirse que se es candidato o uno se ha postulado para tal cargo o puesto. Igualmente, los legisladores reclaman continuamente que hacen esto o lo otro a favor de sus "constituyentes", del inglés constituents. Pero, sabemos que realmente se refieren a sus representados, pues los constituyentes son los participantes en el ejercicio para redactar una constitución.

Por supuesto, todos esos aspirantes "radican" sus candidaturas ante la entidad electoral, por decir que las presentan, y una vez hecho eso, entonces radican allí.

En fin, que se trata de un aspecto más de esta disparatada vida política que padecemos los puertorriqueños.

viernes, 10 de agosto de 2007

Los días contados

Las noticias de hoy dan cuenta de casos en los que está de por medio el cumplimiento abreviado de una condena penal. Lo que resulta chocante - sobre todo para el lego y particularmente para la víctima o sus familiares - es la reducción drástica del tiempo dispuesto originalmente a una fracción mucho menor. Algo anda mal en un sistema en el cual una condena de 30 años se reduce a diez.

La pena es y tiene que ser una valoración de la conducta criminal y el ánimo con el que se incurre en ella. El número de años debe corresponder al repudio de la sociedad por el acto punible. Acortarlos significativamente es decir que el sistema de justicia se equivocó al imponer una pena tan severa; que el crimen cometido no era de tal seriedad.

Por supuesto, el sistema, orientado constitucionalmente a la rehabilitación, busca recompensar el buen comportamiento y la presunta regeneración del confinado, otorgándole bonificaciones que redundan en acortar su sentencia. Pero, me parece importante que el penado cobre plena conciencia de la gravedad de su falta, cumpliendo, si no íntegramente su condena, cuando menos una parte sustancial de ésta. A la vez, es fundamental que, por respeto a su dolor, la víctima o su familia vean que la ley se cumple, sin descuentos o rebajas típicas de ventas especiales en el comercio.

jueves, 9 de agosto de 2007

La ridiculez nuestra de cada día

El periódico de hoy trae varios ejemplos de una tendencia creciente: la publicación de anuncios de todas clases con el texto parcial o totalmente en inglés. En un país preponderantemente hispanohablante, resulta, cuando menos, curiosa la práctica de comunicar las cosas en la lengua inglesa. Con ello, damos la impresión de que no lo sabemos decir en español o, peor aun, que creemos que el inglés es el idioma de los asuntos importantes, relegando nuestra lengua materna a un papel "casero."

Por ejemplo, se anuncia un torneo caribeño de baloncesto, en español, pero leemos que dos de los países participantes son Dominican Republic y Virgin Islands. Una fundación con fines caritativos anuncia, a página completa, la presentación de Julio Iglesias para recaudar fondos, y el texto es totalmente en inglés. Una compañía farmacéutica anuncia, en inglés, un medicamento para la alergia nasal. Una jornada de obstetricia y ginecología publica su temario en inglés, aunque dos terceras partes de la facultad es de habla hispana.

Parte del problema radica en que los medios de comunicación y las agencias de publicidad están en manos de personas que no conocen bien el español ni les interesa usarlo bien. Muchas veces utilizan textos que les llegan de Estados Unidos, y no quieren pasar el trabajo de adaptarlos o traducirlos. Otras veces las personas que dirigen las entidades privadas son norteamericanos que no hacen esfuerzo alguno por aprender español, y quieren vivir en una especie de burbuja anglófona, aislados de los locals o natives.

Sea cual sea la razón, esta situación, que muchos ven con toda naturalidad, resulta una afrenta para nuestra identidad, y contribuye a disminuir nuestra autoestima como pueblo, pues nos proyecta como hablantes de una lengua de segunda categoría. Además, lleva a muchos a no saber expresar en español las ideas más sencillas. Por último, es un triste legado a nuestros hijos y nietos, transculturados totalmente. El inglés tiene su lugar legítimo en nuestras vidas, pero no es el de suplantar innecesariamente al español en la cotidianidad.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Una ley con hipo

En Puerto Rico se hacen muchas cosas meramente porque el gobierno de Estados Unidos las impone, independientemente de si son necesarias o resuelven algún problema apremiante en nuestro país. Un ejemplo relativamente reciente es la llamada Ley HIPAA de 2003. Aunque este estatuto tiene otros alcances, el de mayor trascendencia es el relativo a la confidencialidad de la información sobre la condición de salud y el tratamiento del paciente. La pregunta que uno se tiene que hacer es: ¿era éste un problema real? También hay que preguntarse si esta ley resuelve algo.

Francamente, me parece que aquí no había un problema con este asunto. En primer lugar, siempre ha habido cierto grado de discreción en los consultorios médicos, los hospitales y los laboratorios clínicos, por parte del personal. La indiscreción siempre ha surgido de parte de los propios pacientes, quienes no tienen empacho alguno en comentar en voz alta, con lujo de detalles, sus dolencias y tratamientos, mientras esperan durante largas horas a que se les atienda. Amén de que el derecho a la confidencialidad es del paciente, y como casi todos los derechos, es renunciable, cosa que resulta evidente de hablar libremente en público sobre estos temas de la salud.

La ley pretende crear unas zonas que impidan que se escuche lo que se habla sobre la condición de salud y lo que se ha de hacer al respecto. Lo que sucede es que la inmensa mayoría de consultorios, hospitales y laboratorios no están habilitados ni pueden estarlo razonablemente para proveer esos espacios. De la única manera que eso se puede lograr es que los pacientes sean atendidos en todo momento dentro de una oficina cerrada, algo que resulta impráctico e improbable. Con todo y las famosas rayas en el piso, las distancias de las que se puede disponer son claramente insuficientes para evitar que se escuche la conversación con los pacientes. A ello hay que añadirle el hecho de que, por razones de seguridad, en casi todos estos locales se ha colocado un cristal, con apenas una pequeña abertura en la parte inferior, entre el personal y los pacientes. Ello obliga a que se alce la voz, de parte y parte, para hacerse oír. De esta manera, se echa por tierra la pretendida confidencialidad. Añádase el hecho de que muchos pacientes de edad avanzada no oyen bien, y se tendrá el cuadro completo de cómo nos enteramos todos del estreñimiento y las hemorroides ajenas.

En fin, los congresistas americanos - que muchas veces tienen menos que hacer que nuestros legisladores - lo que han logrado es un despropósito. Ni siquiera la cura del hipo.

martes, 7 de agosto de 2007

Hace años...

Hace años que los puertorriqueños decimos hace años atrás y otros pleonasmos por el estilo. Como debe ser evidente, hay dos posibilidades: hace años o años atrás. Esa misma tendencia nos lleva a hablar de experiencia previa o de planificar para el futuro, como si la ley natural admitiera o permitiera otra cosa. Hasta el Gobernador gusta de decir, a cada rato: "Vuelvo y repito...", cuando todos sabemos que repetir es volver a decir. En este caso, pues, debe escoger entre vuelvo a decir y repito.

Es que desconocemos el significado y valor de las palabras; por eso, las "reforzamos" innecesariamente con otras. De ahí que insistamos en decir erario público, delitos criminales, primera prioridad y lindezas de esa clase. Por supuesto, no podemos olvidar completamente gratis, frase sin la cual el comercio desaparecería.

Las palabras comunican unas ideas. Bien escogidas, realizan su función. Hay que confiar en ellas.

Hace años que es así.

lunes, 6 de agosto de 2007

No vale la pena

La lucha que sigue dando Puerto Rico para que el gobierno de Estados Unidos no aplique la pena de muerte en el ámbito de su jurisdicción penal en nuestro país es uno de los reconocimientos más claros y dolorosos de la subordinación política que padecemos. De nada vale la proscripción constitucional puertorriqueña de la pena capital, ante la prepotencia imperial. Como tantas otras veces en su historia colonial, Puerto Rico queda reducido a desempeñar un papel pedigüeño.

La discusión acerca de la pena de muerte saca a flote el ánimo vengativo que subyace a toda comunidad humana, así como el convencimiento irreflexivo de muchos sobre el efecto disuasivo del castigo terminal en las intenciones criminosas de los delincuentes. Esa convicción está tan arraigada en la creencia popular, que los voluminosos estudios que prueban lo contrario en todo el mundo no le hacen mella. Algunos hasta llegan a decir que, independientemente del efecto general en la criminalidad, "por lo menos, éste no delinque más."

La sed de venganza siempre estará presente en el alma humana. Arrancarla es un ejercicio espiritual muy difícil e íntimo. En el orden práctico, hay que insistir en la frecuencia con que se condena a un inocente, aun con pruebas que se nos presentan como clarísimas. El riesgo de cometer una injusticia irreparable nos debe convencer de que, en este caso, no vale la pena.

domingo, 5 de agosto de 2007

Otra economía que anda mal

No, no es la de pesos y centavos, sino la expresiva. Esa con la que decimos lo justo, la palabra precisa, sin circunloquios, explicaciones y reiteraciones innecesarias. En esa economía, uno escoge entre todas y cada una, simple y sencillamente, jamás y nunca, pero no los dos elementos de la frase.

Tampoco se dicen cosas como la noche de ayer, sino anoche; el hermano de mi esposa, sino mi cuñado; con todos los votos a favor, sino unánimemente, no ha perdido un solo juego, sino invicto.

Con esa economía en mente, la semana que viene se convierte en próxima, los tíos míos se convierte en mis tíos, la casa de nosotros se cambia a nuestra casa, el libro de él se troca en su libro o el libro suyo.

En fin, combatamos la "inflación" lingüística y fortalezcamos la economía expresiva.

sábado, 4 de agosto de 2007

Permisomanía

Todo este asunto de Paseo Caribe pone de relieve el cuidado con el cual hay que manejar la concesión de endosos y permisos a la industria de la construcción. El sonsonete de, por lo menos, los últimos 15 años, a los efectos de que la gestión de permisos es la principal retranca del progreso, definido como más cemento por doquier, suena particularmente hueco en estos momentos. Si este desbarajuste ha ocurrido con un sistema contra el cual truena el sector del desarrollo desenfrenado, porque le parece muy exigente y lento, imaginémonos lo que ocurriría con el pretendido fast track o procedimiento expreso.

Lo que hace falta, ahora más que antes, es más tiempo y ponderación, sobre todo en la evaluación de los proyectos de cierta magnitud o que por su ubicación y otras características tienen el potencial real de afectar intereses públicos importantes. El foro judicial, por su parte, necesita alejarse un poco de la socorrida norma de "gran deferencia y respeto" hacia las decisiones administrativas, basada en un presunto peritaje y la guarda fiel del interés público por parte de las agencias del Ejecutivo. Recordemos que "los jueces no deben creer lo que más nadie creería."

viernes, 3 de agosto de 2007

Fallas y fallos

Escuchamos y leemos continuamente que Fulano "falló en hacer tal o cual cosa." Lo cierto es que se trata de un feísimo calco de la frase inglesa failed to... En español, es preferible decir, sencillamente, que "no se hizo" lo que sea. Por ejemplo, en vez de decir que "se falló en alcanzar la meta", basta con decir que "no se alcanzó."

Y ya que hablamos de fallar, hay que dejar de decir que tal cosa tiene unos "fallos", cuando lo que se quiere decir es que tiene "fallas." Fallos son, principalmente, los dictámenes judiciales o de otra naturaleza adjudicativa o profesional. Si bien es cierto que puede significar "falta, deficiencia o error" es una acepción minoritaria, que no debe usarse primordialmente para comunicar cualquier desperfecto o mal funcionamiento en la vida cotidiana.

Enterremos de una buena vez este error que se puso de moda con aquel anuncio - muy gracioso, por cierto - que remataba con la frase "¡Qué fallo, líder!"

jueves, 2 de agosto de 2007

La cámara inconsciente

Se ha vuelto a repetir el espectáculo de mostrar a personas arrestadas de noche o madrugada, sacadas de sus casas. Evidentemente, las fuerzas del orden público - a veces de Puerto Rico, otras veces de Estados Unidos - le avisan a los medios noticiosos para que estén presentes en estos allanamientos y arrestos. Supongo que es una forma de que "se vea que están haciendo su trabajo."

Lo que ocurre es que ese proceder no aporta cosa alguna a la cuestión fundamental de por medio. Al país le basta con saber que se han efectuado los arrestos; no es necesario ver a los arrestados en ropa de dormir o a medio vestir. La dignidad del ser humano es inviolable, reza el principio cardinal de nuestra Constitución. Y lesiona esa norma la forma indigna de proyectar ese momento bochornoso, que, en última instancia, puede llevar a una condena o a una absolución.

Entonces viene el acoso periodístico con cámaras y micrófonos, interrogando a los detenidos; muchas veces logrando declaraciones incriminatorias, a despecho de las garantías procesales. ¿De qué vale el derecho a juicio por jurado, cuando el detenido se ha inculpado en directo y a todo color, sin el beneficio de las advertencias de rigor ni la asistencia de abogado? Y todo ello ocurre a ciencia y paciencia de policías y alguaciles, que lo permiten y hasta lo facilitan.

Es hora de que las autoridades policiacas y judiciales le pongan coto a esta práctica lesiva de los derechos que le asisten a las personas detenidas en nuestro país.

Para empezar

Este espacio se crea con el interés de abrir un canal de comunicación sobre el Derecho y la escritura, temas de mi interés profesional y vital. Tendrá cabida el comentario acerca de la actualidad jurídica y los asuntos públicos, así como sobre la redacción en todas sus vertientes.

Quienes desean entender mejor el acontecer diario encontrarán aquí algo de luz sobre el particular. Los que interesan mejorar el fondo y la forma de su expresión oral y escrita hallarán aquí un recurso útil. Estudiantes de todos los niveles educativos, profesionales y el público general tendrán la ocasión de aprender a comunicar mejor y más correctamente sus ideas en todos los textos y contextos.