La decisión judicial que determina que fue por represalia el despido de una fiscal federal en Puerto Rico y, por ende, ordena su reposición tiene que ser reveladora y aleccionadora, especialmente para todos esos ilusos que creen en esa visión edénica del ámbito federal. Resulta que en ese sancto santorum de la Calle Chardón botaron a una funcionaria que tuvo la "osadía" de denunciar que el Tío Sam tiene una manifiesta preferencia por sus "sobrinos", a la hora de remunerar sus servicios. Así que esta "sobrinita" no se conformó con ser una "casi ganadora", al decir del Tío Nobel, y reclamó equal pay for equal work, equal justice under law y and justice for all.
Muy significativamente, el tribunal catalogó de "injusta exageración" y "fabricación" unas imputaciones hechas a la fiscal en cartas enviadas a su expediente. Queda, pues, impugnada la integridad y la pulcritud de esa fiscalía federal. Si así trata a los suyos, ¿qué se puede esperar del trato a quienes percibe como sus enemigos? Abramos los ojos los puertorriqueños, y dejemos de rendirle culto y pleitesía a los ídolos falsos.
1 comentario:
Esto me produce las siguientes inquietudes: Esta fiscal,¿Será objeto de futuras represalias? ¿Le van a asignar menos responsabilidades y obligaciones?
El tiempo dirá, pero una cosa nunca falla, todos los sistemas son falibles; el de aquí y el de allá. Ningún sistema es perfecto.
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