Se propone quitar el derecho al voto a los confinados. Dicho de otra manera, revivir su muerte civil, anacronismo jurídico rechazado por casi todo el mundo más o menos civilizado. Hace siglos, los condenados a muerte o a cadena perpetua perdían sus derechos ciudadanos, como parte del castigo por delinquir. Aquí los presos no tenían el derecho al voto, independientemente de la naturaleza de su condena. Hace 30 años se rectificó esa injusticia, pero ahora dos de esos legisladores de los cuales nunca se escucha pretenden dar ese paso de retroceso humanitario.
Lo peor de todo es el fundamento risible que ofrecen para su propuesta: «Esto evitaría que los políticos de turno los utilicen ofreciéndoles promesas que como sabemos probablemente no les van a cumplir». Pues, entonces, habría que quitarnos el voto a todos los puertorriqueños, ya que todos estamos sujetos a las vanas promesas de los políticos.
Yo propondría que le quitemos el derecho al voto en la Cámara a estos dos representantes, votándoles en contra en las próximas elecciones.
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