La injusticia de Guantánamo se agiganta con el tiempo. Lo que ocurre en ese centro de detención es un ejemplo del «castigo cruel e inusitado» proscrito constitucionalmente en Estados Unidos. Pero, el cinismo jurídico norteamericano hace caso omiso de consideraciones como ésta.
Se acaba de presentar un recurso de habeas corpus a favor de un hombre detenido allí desde 2002 con un diagnóstico de esquizofrenia tan severa que ha pasado la mayor parte de su confinamiento hospitalizado. Por lo tanto, sus abogados argumentan que no representa peligro alguno para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El derecho humanitario -- que es parte del derecho internacional -- dicta que a este infeliz se le excarcele y se le repatrie, para que pueda vivir su enajenación con las únicas cadenas de su condición. Retenerlo en Guantánamo es una vil locura.
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