Un juez federal en Estados Unidos - de ésos tan malos como los de aquí - ha desestimado el pleito de José Padilla contra altos funcionarios del gobierno de Bush que hicieron posible su encarcelamiento ilegal y tortura, por la peregrina razón de que dar paso al pleito constituiría un «espectáculo». Es decir que, como ello sería embarazoso para el gobierno de Estados Unidos - igual que las revelaciones de Wikileaks - , los méritos del asunto no debe ventilarse. ¡Menuda teoría de adjudicación!
Los sectores más esclarecidos del foro norteamericano han puesto el grito en el cielo por semejante fundamento extra jurídico. Sobre todo porque, hace algún tiempo, otro magistrado federal había decidido permitir un pleito similar contra un ex alto funcionario del Departamento de Justicia que había formulado las opiniones jurídicas que validaban las prácticas ilegales y barbáricas aplicadas a los llamados «combatientes enemigos», categoría hecha a la medida para burlar la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra y otros en situación similar. El caso del puertorriqueño Padilla ha sido uno en el cual se han violado de manera más flagrante y con más saña todas las normas jurídicas del mundo civilizado.
Y éste es el imperio que hoy clama por la democracia y el respeto a los derecho humanos en el mundo árabe...
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