martes, 22 de febrero de 2011

Con un «no» basta.

He dicho muchas veces que debemos fijarnos en si lo que decimos o escribimos es literalmente cierto o constituye un error de lógica. Hoy, en noticia acerca de los continuos líos de la Familia Sanabria, por cuestiones artísticas, se cita a Julio César diciendo: «Él [su cuñado] no puede prohibirle al comité organizador de ningún festival que yo no me presente en tarima...» Resulta evidente que lo que el cantante de música típica reclama de su cuñado es que no prohíba que él se presente, pues lo otro es un sinsentido.

Hay que tener cuidado con las expresiones negativas, para evitar que dos negaciones equivalgan a una afirmación contraria a lo que se quiere comunicar.

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