Se cumple mi pronóstico. Hace poco, vaticiné que la oposición al proyecto del gasoducto, engañosa y cínicamente llamado «Vía Verde», tenía todas las de perder en los tribunales. La desestimación del pleito incoado por el Partido Popular Democrático es parte de esa «vía libre» que los tribunales le han abierto al proyecto. Siempre habrá «fundamentos» más o menos razonables para justificar favorecerlo: que si no hay legitimación activa, que no se ha demostrado un daño real e inminente, bla, bla, bla. Pero, los jueces de primera instancia y los apelativos saben que, en última instancia, la opinión a favor del gasoducto ya está escrita por la mayoría del Tribunal Supremo, y ellos no quieren «nadar en contra de la corriente».
Supongo que el día que explote el gasoducto y las víctimas o sus familiares reclamen en los tribunales aplicarán la doctrina de act of God, fuerza mayor o accidente desgraciado, para eximir de culpa al gobierno.
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