Sorprende un poco la condescendencia judicial con el nieto de Franco condenado por malos tratos - así le llaman en España - a su novia, incluida una amenaza de muerte. En un país en que el asunto es casi epidémico, no es cosa que deba tomarse livianamente, pues muchas de esas amenazas se cumplen o, cuando menos, mantienen en vilo a las perjudicadas. Por eso, un año en lo que aquí llamaríamos probatoria luce muy poco, aun con la pena añadida de los tres años de alejamiento.
Yo investigaría si el juez de Barcelona es nieto de un miembro de la Falange.
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