La decisión de Obama de eliminar el concepto «combatiente enemigo», como justificación para proceder irrestrictamente contra individuos presuntamente vinculados con el terrorismo, es un paso importante hacia la reivindicación de los derechos humanos en esta época convulsa. Para cualquiera con unas nociones mínimas de lo justo, se trataba de un subterfugio, con visos de legalidad, para actuar contrario a Derecho y de manera fascistoide, por parte de un gobierno con claros ribetes totalitarios.
Estados Unidos siempre ha sido muy «creativo», a la hora de inventar doctrinas y principios «jurídicos» para justificar sus pretensiones y malas intenciones. Recordemos la de «territorio no incorporado», con la que le aplicaron a Puerto Rico el sambenito de «pertenece a, pero no es parte de» su nación. O la de "separate but equal", con la que mantuvieron incólume la bochornosa segregación racial hasta los otros días.
Ojalá Obama continúe por la ruta de la rectificación del proceder ilegal e imperial de su país.
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