sábado, 28 de marzo de 2009

«Cada palo que aguante su vela.»

En la noticia del naufragio del bote pesquero, se insinúa cierto grado de responsabilidad del hotel, por no informar a sus huéspedes de las condiciones marítimas, y se señala, como un defecto, que no hay obligación legal al respecto. Queda implícito que debe legislarse para imponerla.

Me parece innecesario. Primero, porque una persona «prudente y razonable» y, sobre todo, un «buen padre de familia» - criterios jurídicos para aquilatar la responsabilidad civil extracontractual - no se lanza a una aventura marina sin averiguar las condiciones pertinentes. Como dice el jefe de meteorología, los medios de comunicación informan diariamente sobre el particular. En segundo lugar, porque es responsabilidad del operador de la embarcación determinar si las condiciones permiten una navegación razonablemente segura y, de lo contrario, negarse a salir mar afuera. En tercer término, el mar es extremadamente peligroso, y las condiciones pueden cambiar, con el paso de las horas, presentando situaciones imprevistas.

En fin, nada impide que los hoteles den ese servicio a sus huéspedes, pero no creo que deba imponérseles esa responsabilidad.

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