viernes, 17 de abril de 2015

Una voz profética

Un día como ayer en 1963, Martin Luther King, preso en una cárcel de Birmingham, Alabama, escribió una larga carta, en respuesta a un planteamiento público que ocho pastores evangélicos habían hecho criticando su gestión en pro de los derechos civiles de los negros. La carta es, en fondo y en forma, una excelente lección cívica de derechos humanos, y una reprimenda amorosa pero firme a sus colegas, por la forma tibia, en el mejor de los casos, o indiferente, en el peor de ellos, con la que muchas iglesias de distintas denominaciones reaccionaron a su campaña moral en favor de la igualdad racial.

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