La Comisión de Disciplina Judicial continúa arrastrando los pies en el asunto del exjuez Manuel Acevedo Hernández. Me parece errado su criterio jurídico, en lo que respecta a la prontitud con la cual debe resolverse su situación, la que, francamente y a todas luces, está adjudicada. No hay forma de que el dictamen pueda ser distinto de su desaforo permanente. Como he dicho antes, el <<debido procedimiento de ley>> es de fundamental importancia para el estado de Derecho, pero, en demasía, se torna en un pesado lastre para la pronta adjudicación de las controversias.
Creo que el Poder Judicial hace el ridículo en este caso, actuando con un sentido exagerado del prurito procesal que, normalmente, está bien empleado en la adjudicación.
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