El afán con la confidencialidad de los datos de salud dispuesta por la ley de Estados Unidos y la nuestra ha sufrido un duro golpe con la disposición indebida de expedientes médicos botados como basura en un vertedero clandestino. Me imagino que, muy pronto, el FBI -- que aquí tiene a finger in every pie -- asumirá jurisdicción en el asunto, para investigar esta violación crasa a la secretividad de los expedientes médicos por orden federal. Mientras, el Procurador del Paciente esperará pacientemente a que los americanos hagan su trabajo, y el Departamento de Salud se curará en salud, rasgando su bata blanca ante este brote de vandalismo.
Total que a los boricuas les encanta compartir sus dolencias con el prójimo, con lujo de detalles, por lo cual la confidencialidad del expediente médico es letra muerta en nuestro país.
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