lunes, 9 de marzo de 2015

Coto a los escotes

La decisión de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado de adoptar un código de vestimenta para sus empleados gerenciales merece una reflexión. Sin que me conste personalmente este caso, lo que se ve cotidianamente en todos los sectores de la sociedad, y mi experiencia de 16 años en el gobierno, me hacen pensar que este paso no es una arbitrariedad o capricho de la Administradora. Aunque se incluye a los varones, lo cierto es que son las mujeres las que pecan principalmente -- ¡y de qué manera! -- en el renglón de la vestimenta en el trabajo. No es posible negar lo impropio que resultan la profundidad de muchos escotes, el largo de muchas faldas y lo ceñido de mucha ropa en nuestro ambiente general, mucho más en el laboral gubernamental. Nos hemos acostumbrado tanto a la vulgaridad y la falta de decoro personal y social, que hemos permitido que ello se manifieste en el lugar de trabajo.

Los reclamos basados en derechos individuales y supuestos discrímenes son claramente improcedentes, y no deben ser atendidos con seriedad. El temor a demandas o querellas no debe cohibir a la gerencia gubernamental -- ni a la privada tampoco -- de tomar medidas para adecentar  el ambiente de trabajo. Bastará con fotos tomadas con cualquier teléfono moderno para convencer a un foro administrativo o judicial de la procacidad de una vestimenta.

No hay comentarios: