Me parece desacertada la reciente decisión de nuestro Tribunal Supremo en el caso de un abogado de Estados Unidos que solicitó postular aquí por cortesía, sin acreditar debidamente su situación ética y legal ante los tribunales de las jurisdicciones en las que está admitido para ejercer la abogacía. Aunque el abogado practica en Colorado e Illinois, solo sometió el documento de Colorado. A pesar de ello, el Supremo, obsequiosamente, le permite ejercer aquí.
La opinión disidente tiene razón, al señalar que lo prudente es requerir que el abogado acredite su situación en Illinois también. El hombre podría estar bien en Colorado, pero no así en Illinois. Francamente, me parece un mal precedente esta condescendencia en un trámite sencillo pero necesario para evitar que un abogado que esté impugnado en una jurisdicción venga a la nuestra a postular como si nada.
Tanta cortesía me confunde.
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