jueves, 13 de marzo de 2014

Suprema ocultación

Uno se tiene que preguntar cuán honrado es el Tribunal Supremo de Estados Unidos, y si, francamente, es una institución respetable. Veamos.

En la página cibernética de The Supreme Court Historical Society -- entidad que, aunque privada, tiene como presidente honorario al Juez Presidente y el Supremo tiene su enlace en su página --  aparece una breve reseña de cada uno de los jueces de ese Tribunal hasta nuestros días. En el caso de Abe Fortas se dice que lo nombraron el 11 de agosto de 1965, lo confirmaron el 4 de octubre de 1965 y renunció el 14 de mayo de 1969. Lo que no se dice es por qué renunció. Y ahí es que está el problema, pues lo que ocurrió es histórico y resulta evidente que se quiere ocultar.

A Fortas lo nombró Juez Asociado el presidente Johnson, su «amigo del alma». En 1968, Johnson lo nombra para sustituir a Earl Warren como Juez Presidente. Curiosamente, la reseña omite este dato. Y lo omite porque Fortas fue el primer candidato a ese puesto desde 1795 en no contar con los votos necesarios para su confirmación por el Senado, por lo que pidió que se retirara su designación. Y no contó con los votos porque se supo que había aceptado unos honorarios de $15,000 por ofrecer unos seminarios en la American University Law School, suma que provenía de fuentes privadas e intereses comerciales.

Más adelante, se supo que, en 1966, Fortas había negociado un arreglo de asesoría con un antiguo cliente que le pagaría $20,000 de por vida. Ese cliente fue preso por violaciones a las leyes de valores. Por todo esto fue que Fortas renunció. Pero, nada de esto se dice en esa fuente del Tribunal Supremo.

¿Se puede confiar en una institución que perpetra tan burda ocultación de la verdad histórica?

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