miércoles, 30 de enero de 2013
«Enfermedad» lingüística
Sigo diciendo que la RAE no demuestra buen juicio en algunas de sus definiciones o en el orden en que coloca las acepciones de las palabras. Por ejemplo, ¿a quién se le ocurre que el término tuberculoso se refiera principalmente a lo relacionado con los tubérculos, y solo muy secundariamente a los tísicos? Si bien, en su raíz, hay base para que este adjetivo se refiera al tallo subterráneo comestible o a un tumor, lo cierto es que el vocablo «tuberculoso» se aplica principalísimamente a los enfermos de tuberculosis. En este sentido, esa definición debería figurar en primer lugar, como la principal.
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