He dicho que no todas las definiciones de los señores Académicos de la Lengua Española me convencen. No sé si son de marfil o de qué otro material las torres desde las cuales las formulan, pero no corresponden a la lengua viva como la conocemos sus hablantes. A guisa de ejemplo, tenemos la voz mejunje, que oficialmente se define como «cosmético o medicamento formado por la mezcla de varios ingredientes». Hombre, pues eso será así en el vecindario del Parque del Buen Retiro en Madrid, porque, lo que es por acá, se queda corta y no recoge la esencia del concepto. En la vida real, «mejunje» es cualquier mezcla de ingredientes disímiles mal combinados y con peores resultados, por ejemplo, en la cocina. Tiene, pues, una connotación negativa o peyorativa, que no surge de la definición oficial.
Un día de éstos hago mi propio diccionario...
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