Hay aclaraciones o comentarios que, por ilógicos, resultan risibles. Por lo tanto, debemos guardarnos de hacerlos cuando redactamos un texto. En la noticia de la aparición de un cráneo humano que se sospecha es de una persona desaparecida hace un tiempo, se dice: «Pero, no fue hasta esta madrugada, cuando un cerdito escapado, aunque no fuera su intención, terminó alertando a las autoridades». Hombre, pero ¿es que alguien va a pensar que el cochinito podía tener alguna intención, fuera de un lado o de otro? El marrano no alertó a nadie; simplemente, quienes lo buscaban se tropezaron con el cráneo.
Se puede ser creativo, ingenioso y hasta usar el sentido figurado, pero no caer en absurdos y faltas de lógica en nuestro decir y escribir.
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