viernes, 28 de septiembre de 2012
Otro «no»
Con todas las limitaciones que pueda tener el jurado como juzgador de los hechos y adjudicador de culpabilidad, tiene la virtud de representar el sentir de la comunidad ante el delincuente y su delito, absolviendo o condenando de manera ajustada a la valoración social que de ellos hace. Eso es exactamente lo que ha ocurrido con el rechazo a la pena de muerte ayer. Independientemente de adjudicar la culpa -- incluso con agravantes -- el jurado en el Tribunal Federal se negó a votar para que se le quitara la vida al convicto. Con ello validó, por quinta vez, la prohibición constitucional nuestra, vulnerada por la intervención prepotente de la jurisdicción federal de Estados Unidos en Puerto Rico. Es esa presencia la que nos obliga a defender el sentir puertorriqueño plasmado en nuestra Carta de Derechos, frente a unas normas que nos son ajenas en todo el sentido de la palabra.
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