Aunque insisto en que, si aspiramos a algún grado de corrección en el habla y en la escritura, resulta indispensable consultar el diccionario consuetudinariamente, reitero mi advertencia de que debe hacerse con cuidado, pues, como toda obra humana, el diccionario es imperfecto. Sus definiciones no son siempre las más completas y mejores. Veamos un ejemplo muy sencillo.
La RAE aceptó el término inglés baby-sitter, definiéndolo como «persona que atiende a los niños pequeños». Pero, usted y yo sabemos que esta definición está incompleta o es insuficiente porque resulta muy general y no describe con precisión la función que todos conocemos. A mí, que hace unos años no me dejaron entrar a la RAE en Madrid ni como visitante, se me ocurre esta definición: «persona que, por paga, cuida niños pequeños por periodos relativamente breves, en ausencia de los padres de éstos».
Permiso concedido a la RAE para que copie mi definición...
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