jueves, 22 de diciembre de 2011

Una banca rota

Mueve a risa la tolerancia del Gobierno de Estados Unidos -- tan jactancioso en todo -- con esa cueva de ladrones que opera bajo la razón social de Bank of America. Prueba al canto.

En junio de este año, BOA acordó pagar $8.5 millones como transacción en un caso por venta de acciones y bonos de mala calidad a sabiendas. En noviembre, se allanó a pagar $410 millones por cobrar de más por sobregiros a 13 millones de clientes. A principio de este mes, aceptó pagar $315 millones por inversiones engañosas. Y ahora, acaba de rendirse a pagar $335 millones por discriminar contra los latinos y los negros en el renglón de los préstamos hipotecarios. Todo esto en un sector económico tan vital y regulado como la banca.

Uno se pregunta: ¿Cómo es posible que una institución financiera con esta trayectoria de ilegalidades continúe operando? Los americanos, que viven predicando el «juego limpio» y mirando por encima del hombro al resto del planeta, permiten que siga funcionando un banco delincuente, en perjuicio de sus ciudadanos. Es como si la reincidencia delictiva se resolviera a billetazos...

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