La solicitud de acceso de fotoperiodistas a la lectura de sentencia del exalcalde de Vega Baja debe concederse y, con ello, sentar precedente para abrir las puertas del tribunal a las cámaras y los micrófonos de la prensa.No puede seguirse hablando de acceso a la justicia y transparencia, si no se honran esos principios de apertura democrática. Las objeciones legítimas que una vez hubo perdieron validez hace mucho tiempo, habida cuenta de la evolución tecnológica que permite la toma y trasmisión de imagen y sonido de manera discreta y nada sensacionalista.
Hace falta que el país oiga y vea cómo se imparte justicia a su nombre, sin interlocutores, intermediarios o intérpretes, bien o mal intencionados, conocedores o ignorantes de los procesos. La sociedad puertorriqueña está madura para hacer sus propios juicios, sin que se le trate como párvulos necesitados de guía y protección de realidades complejas o desagradables.
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