La crisis que vive el español en nuestro medio es cada vez más evidente. Ahora resulta que necesitamos un término en inglés para explicar uno en español que describe una realidad que es "más vieja que el frío." La Ley Núm. 37 de 10 de abril de este año condiciona el otorgamiento o la renovación de la licencia de una institución educativa a que tenga, entre otras cosas, una política clara y eficaz contra - según la exposición de motivos - el "hostigamiento e intimidación (bullying) entre estudiantes." Más adelante, la ley se refiere a "abuso", "conducta agresiva" y "violencia." Nada de esto es nuevo bajo el sol escolar; entonces, ¿a qué viene el vocablo en inglés para describir una conducta que todo el mundo conoce, y que ha sido nombrada en español durante siglos, sin que la gente se pregunte de qué rayos se está hablando?
Francamente, yo le daría un cocotazo a quien le diga bully al tradicional abusador de la escuela.
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