En Michigan han arrestado a un joven de 22 años, que a los 11 había matado, con un arma de fuego, a un individuo que salía de una tienda. Aunque lo condenaron como adulto, lo sentenciaron como menor de edad. Salió en enero de 2007, y ya lo cogieron en una gasolinera con 254 pastillas de Extasis para la venta. Se dice que, desde que salió, el joven había tomado algunos cursos universitarios, ofrecido charlas y grabado un disco de rap.
La rehabilitación es un ideal noble, pero hay individuos que tienen el crimen en su ADN y, como las cabras, mientras estén sueltos, "tiran pa'l monte." Como sociedad, tenemos que reconocer esa triste realidad y, una vez identifiquemos a esas personas, apartarlas permanentemente del resto de la gente. Esta vez fue "éxtasis", la próxima podría ser "agonía."
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