Tiene mucha razón la compañera abogada y presidenta del Movimiento Unión Soberanista, cuando señala la ironía de que el día en que se conmemora la Constitución de Puerto Rico se viole, tratando de impedirle a militantes del MUS manifestarse libremente en los actos oficiales.
Aunque el derecho a reunirse libremente y manifestarse públicamente no es irrestricto -- pues puede limitarse en cuanto a la forma de llevarse a cabo -- lo cierto es que relegar a los manifestantes a una distancia de la actividad contra la cual protestan es inutilizar el ejercicio de esos derechos. A menos que haya motivos fundados para creer que la presencia de unos manifestantes desembocará en violencia, la mera incomodidad que le puedan causar a funcionarios o políticos en un escenario público no justifica que se les «exilie» a donde nadie los vea.
El MUS es gente decente y pacífica, que merece respeto en el ejercicio de las libertades civiles.
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