El derecho procesal penal, por razones humanitarias, siempre ha tomado en cuenta la edad y la condición de salud de un imputado para juzgarlo, condenarlo y sentenciarlo. Pero, hay que ver con suspicacia las alegaciones al respecto del estado de salud, pues pueden ser objeto de fingimiento y manipulación, para lograr un trato condescendiente. Tampoco es raro que una persona que se enfrenta a un grave proceso se sienta «grave».
El exnuncio papal Jozef Wesolowski, de 66 años, ha sido recluido en la unidad de cuidado intensivo, ahora que se le juzga por pederastia. El parte de prensa dice que «no se aclaró cuál era la dolencia». Por otro lado, su abogado «dijo a la prensa que no estaba enterado de la dolencia de su defendido».
Sea usted el juez.
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