lunes, 6 de julio de 2015

Notarios al rescate

La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio homosexual ha avivado a las huestes de la moralidad en la búsqueda de formas de darle la vuelta para no acatarla. Aunque no les aplica, algunas iglesias se preparan para dar la batalla contra el Mal en este episodio apocalíptico. Otros, fuera de la Iglesia, también se alistan para la Cruzada en defensa del Evangelio. No dudo que haya funcionarios que, alegando una cuestión de conciencia, se nieguen a participar, aunque pasivamente, en este imprimatur a la «abominación».

Creo que el momento es propicio para enmendar el artículo 75 de nuestro Código Civil, para incluir a los notarios entre los celebrantes del matrimonio. El notario está investido de la fe pública, y es un profundo conocedor del tema de las obligaciones y los contratos; quién mejor que él o ella para explicar y orientar a los contrayentes sobre sus derechos y deberes matrimoniales. De esta manera, tendremos miles de celebrantes para prestar el servicio que otros se nieguen a prestar, por homofobia, expresa o solapada.

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