«Tanta amabilidad me confunde». El juez federal Gustavo Gelpí -- de mano tan dura con el Gobierno de Puerto Rico, embargando cuentas del Departamento de Salud, entre otros dictámenes -- se ha amantequillado con tres individuos que participaron de un fraude contra la aseguradora AFLAC, sentenciándolos a uno y dos años de probatoria y a devolver el dinero mal habido.
Evidentemente, Gelpí tiene una noción de lo justo muy suya. Se reserva la dureza para el Gobierno de Puerto Rico, gozándose en ponerlo en más aprietos que los que tiene, y entonces es todo comprensión y condescendencia con unos pillos que tramaron un fraude millonario que duró cinco años.
¿Será este juez otro «puertorriqueño ilustre»?
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