Quizá sea porque la corrupción allá es de las mayores en Europa, pero, de todas maneras, Rumanía ha dado un buen ejemplo, al condenar a 22 años de prisión a un juez que aceptaba sobornos de personas adineradas para fallar a su favor. No solo eso, sino que le han confiscado un auto de lujo y fondos.
Curiosamente, al juececito de acá ya convicto pero en espera de sentencia solo le pondrán echar 10 años los federales, que «se comen los niños crudos» en esto de perseguir a los corruptos.
En fin, en este ejercicio de derecho comparado, los americanos no salen muy bien parados...
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