Hasta los abogados bisoños o los más flojos estudiantes de Derecho sabían que la «ley de quiebra criolla» sería declarada inconstitucional en el foro federal, pues el Gobierno de Estados Unidos «ocupó ese campo» hace mucho tiempo, es decir, se reservó esa jurisdicción. De no ser así, habría 50 leyes de quiebras, algo que, claramente, sería insostenible en un sistema político federado. Si no puede haber 50, menos podría haber 51, siendo la adicional la de la colonia en el Caribe.
Ocurre, sin embargo, que en el delirio y la enajenación hijos del coloniaje, algunos olvidan cuestiones elementales del Derecho de Estados Unidos que ellos «atesoran» y defienden, como parte de la peregrina tesis de «lo mejor de dos mundos». Por ello, suscriben la quimera del «pacto» con Estados Unidos en 1952, y embriagados con ese embuste, postulan, sin sonrojarse, que Puerto Rico tiene soberanía en ciertos asuntos internos. De ahí que se embarquen en fiascos como el de la ley de quiebra criolla.
Lo cierto es que ni siquiera los 50 estados son «soberanos». No lo pueden ser, mientras exista la Cláusula de Supremacía en la Constitución de Estados Unidos. Los estados tienen cierto grado de autonomía, que cada día se ve más reducida por una creciente jurisdicción federal. Si eso es entre ellos, que son blancos, pero no se entienden del todo, qué va a ser para esta colonia, que «pertenece a, pero no es parte de» Estados Unidos.
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