La voracidad capitalista llega a ser tan grande que, a veces, aun el mismo sistema tiene que frenarla mediante el ejercicio de un poder judicial que, generalmente, convalida las prácticas de libre empresa.
Algo así parece haber ocurrido en la decisión de un tribunal federal en el estado de Nueva York, que dictaminó que American Express había incurrido en violación a las leyes antimonopolísticas, al firmar acuerdos secretos con empresas para que éstas la favorecieran indebidamente como tarjeta de crédito, algo que perjudica al consumidor, pues el costo de procesar las transacciones con American Express es de los más altos, cuestión desconocida por los clientes. Otra forma en que se perjudican los clientes es que, al tener que pagar más a American Express por las transacciones, los comerciantes suben los precios al consumidor de bienes y servicios.
Por supuesto, American Express ha anunciado que va a apelar la decisión, pues las prácticas usurarias no se rinden así porque sí...
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