De los muchos defectos gramaticales y lingüísticos de nuestra gente -- incluso la más ilustrada -- sobresale el uso incorrecto de las preposiciones, elemento esencial de la buena expresión oral o escrita. Véase que las preposiciones establecen la relación física o de otra naturaleza entre ideas, objetos o personas, por lo cual un uso incorrecto trasmite una idea equivocada o hasta ilógica sobre esa relación. Por ejemplo, resulta totalmente absurdo decir «bajo la base», cuando la base ocupa, literal o figurativamente, el lugar más bajo de una cosa, sobre la cual se construye una estructura o un argumento. Igualmente, las relaciones no son a otra cosa o persona, sino con algo o alguien.
Hay que tener en cuenta que hay frases prepositivas, algunas de las cuales, por desconocimiento, no se emplean amplia o correctamente en nuestro país. Así, por ejemplo, conforme a, con arreglo a, con relación a, en virtud de, habida cuenta de han caído en desuso o no se aprovechan debidamente para expresar una relación analítica, conceptual o discursiva en una alocución o un texto.
En fin, la falta de cultura lingüística en este aspecto empobrece nuestra expresión.
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