martes, 20 de noviembre de 2012

¡Por amor a Dios!

Por fin Pakistán ha entrado en razón, al decidir no procesar a la muchacha de 14 años acusada de blasfemia por haber quemado algunas páginas del Corán. Dejando a un lado la sabiduría de las leyes contra la blasfemia -- no creo que Alá, Dios o Jehová se ofenda tan fácilmente y necesite que los humanos lo protejamos de vejámenes -- el punto crucial en este caso es que la jovencita padece de algo así como el Síndrome Down, condición que la haría inimputable o atenuaría grandemente su responsablidad penal. Por lo tanto, independientemente de si ella quemó las páginas -- ahora hay cierta duda sobre ello -- encausarla por esos hechos hubiera sido una barbaridad en cualquier sistema jurídico; aun en una teocracia o régimen en que no haya separación entre la Iglesia y el Estado o en que no se respete la libertad religiosa, que incluye la de no creer en Dios o en un dios en particular.

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