Aquéllos que creen que los americanos son perfectos y todo lo hacen bien, apunten esto. En el Fuerte Buchanan - el mismo en donde negligentemente rompieron una tubería de agua potable cuyos daños suman $3 millones - tenían trabajando hace seis años a un hombre con antecedentes penales de ofensor sexual, sin que se hubiera registrado como tal, según lo requiere una ley de Estados Unidos aplicable aquí y otra correspondiente de su colonia en el Caribe. Ello ha dado lugar a un denunciado acercamiento hacia una joven de 18 años con algún grado de rezago mental que estudia en la escuela del Fuerte.
Todo esto resulta irónico en momentos en que, como he comentado antes, las autoridades del Gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico - jueces, fiscales y el FBI - se llenan la boca criticando a las nuestras por su pobre desempeño en la administración de la justicia penal.
Mi abuela Consuelo tenía razón: «Habla hoy y muérete mañana.»
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