Continúan las demandas por efectos dañinos de fármacos. En esta ocasión se trata de Prempro, un medicamento muy recetado para ciertos síntomas de la menopausia. Pues, todo parece indicar que este remedio es peor que la enfermedad; tanto así que miles de mujeres alegan que su cáncer del seno, por ejemplo, se debe a tomarlo.
La industria farmacéutica está grandemente desacreditada, ya que no pasa una semana sin que se descubra que uno de sus productos causa daño; algunos muy serios. El apremio económico por desarrollar nuevos medicamentos lleva a chapuzas científicas, y los gobiernos, en nombre de la «competitividad» y el progreso - sin descontar la compra de influencias de esos gigantes corporativos - aprueban, sin mucho cernimiento, cuanta cosa sale de esos laboratorios. La apuesta es a que, cuando se descubran sus efectos adversos, se habrán forrado los bolsillos de billetes y podrán pagar fácilmente cualquier reclamación por haber matado a los pacientes con sus medicinas.
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