Los judíos de Israel - que suelen «ser más papistas que el Papa» en materia de la moral - han dado un paso de avance, al reconocer el derecho de una mujer a quedar inseminada artificialmente con semen congelado de un joven fallecido, mediando la autorización de los padres de éste, quienes, de paso, se procuran un nieto que la vida no les había dado. Es bueno que el Derecho permita que la gente aproveche los adelantos científicos para resolver sus problemas más íntimos, siempre que las partes así lo acuerden y no se haga daño tangible a persona alguna.
Y al que no le guste, que vaya y le dé cabezazos al Muro de los Lamentos...
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